domingo, 22 de abril de 2012

La teoría del poder aéreo de Giulio Douhet

Giulio Douhet (1869-1930) fue un militar italiano. En 1921 publicó un libro titulado Il dominio dell` aria. Esa obra se apoyó en experiencias, propias y ajenas, de la guerra italo-turca y de la primera guerra mundial para apoyar su propuesta de fortalecimiento de la aviación militar.

Douhet empieza proponiendo la creación de un nuevo brazo armado, la aviación, completamente autónomo de los dos ya existentes, el ejército y la armada. Para él, el poderío aéreo se desperdiciaba en objetivos subordinados a los planes de los mandos del ejército y de la armada, ya que la fuerza aérea era plenamente capaz de emprender operaciones propias cuyos efectos podían ser más profundos.

La visión de Douhet se apoyaba en que, tanto los planes de un ejército como los de una flota, sólo alcanzaban la línea de frente del enemigo. En contraste, los planes aéreos podían golpear casi cualquier parte del territorio enemigo. Douhet reconoce que esta ventaja está sometida a la autonomía de los aviones, pero que, aún con dicha salvedad, su radio de acción sigue siendo más amplio que el de los otros dos brazos armados de un país.

Douhet, al igual que muchos teóricos militares, es heredero de las teorías de Clausewitz y de Jomini, ambas consistentes en la idea de la concentración de fuerzas en el punto decisivo para alcanzar la victoria. Desde finales del siglo XIX, la concentración de fuerzas estaba asociada a la superioridad de fuego. En ese sentido, Douhet proponía enfocarse en contar con el mayor número de bombarderos, por lo que su teoría del poder aéreo era eminentemente ofensiva.

Para este autor, el uso de cañones antiaéreos era inútil, por lo que debían ser ignorados. El empleo de aviones caza era, en principio, marginal, ya que su existencia y su número estaban condicionados por su empleo en el bando contrario. Como resultado, la verdadera prioridad para la fuerza aérea consistía en tener un número elevadísimo de bombarderos, para aprovecharlos contra la mayor cantidad posible de objetivos.

Dichos objetivos eran tanto militares como civiles, industriales y de infraestructura. Para Douhet, la fuerza aérea era capaz de destruir las fuentes de poderío militar, productivo y humano de un país, situación que se traducía en la postración absoluta del adversario. Pero Douhet vio más allá de la sola destrucción material, él pensó también en la destrucción moral de los supervivientes a un bombardeo. De este modo, Douhet propuso el uso del bombardeo aéreo no sólo para la destrucción física, sino que además lo propuso para acabar con la moral combativa de la población enemiga.

La visión que Douhet tenía del bombardero como arma decisiva en un conflicto bélico, así como su propuesta de la guerra total a partir de la aviación quizá no fuera única, sin embargo si es de las más conocidas. Las ideas de Douhet cuentan tanto con seguidores como con detractores, ya que muchas de sus ideas fueran puestas en práctica durante la segunda guerra mundial, así como en conflictos posteriores.

En el caso de la segunda guerra mundial, el uso de bombardeos aéreos masivos sobre distintos objetivos en Europa no decidió el resultado de la contienda, situación que desmiente la propuesta de Douhet. Sin embargo, la aparición de las armas nucleares le daría la razón a Douhet si consideramos los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki y el consiguiente fin de la guerra.

El debate sobre el arma capaz de definir un conflicto bélico no ha terminado. En el caso de la Italia de las décadas de 1920 y 1930, Douhet se encontraba en pugna con otros oficiales y teóricos italianos que presentaban al ejército o a la armada como armas definitorias. El problema al que se enfrentaban era la insuficiencia de recursos para alimentar todos los proyectos militares. Dicha situación seguramente no era exclusiva de Italia, como seguramente tampoco es exclusiva del período de entre guerras.

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